La Sierra del Rincón destaca sobre todo por los paisajes serranos bien conservados, modelados por los usos de sus habitantes, sobre todo por la ganadería, agricultura y las actividades forestales. En este espacio se establecen dos zonas núcleo, por un lado, el conocidísimo Hayedo de Montejo, uno de los hayedos más meridionales de Europa y una excepción natural en la Comunidad de Madrid.
El Hayedo debido a su elevada fragilidad regula el número de visitas, por lo que si queremos conocerlo hemos de reservar aquí con la antelación suficiente. Un guía nos acompañará y nos interpretará este tesoro de la naturaleza madrileña.
La otra zona núcleo se haya en la dehesa boyal de La Puebla de la Sierra, uno de los ejemplos más claros de gestión sostenible, fruto de la relación simbiótica del hombre con los robles a través del “ramoneo”, proceso de corte de ramas para la obtención de forraje y madera, con lo que se consigue el ensanche gradual del tronco y su conservación a largo plazo, dando lugar a singulares y centenarios ejemplares.
Esta singularidad de la dehesa de Puebla se puede observar en menor medida en otras dehesas similares como la de La Hiruela, Montejo u Horcajuelo. Además de los robledales, que son los bosques genuinos de la Sierra del Rincón, destacan el mosaico de formaciones vegetales que lo acompañan como bosques de ribera, encinares, pinares, y formaciones más reducidas de nogales, álamos, fresnedas, pastizales de montaña…
Toda esta variedad de ecosistemas se acompaña de una variada fauna que encuentra en este rincón un refugio poco humanizado. Esta zona constituye un buen lugar para la práctica de la observación de aves, sobre todo aves forestales que se reparten por todo el territorio.