Redueña es un pequeño municipio situado en las estribaciones de la Sierra de Guadarrama en una zona de valles encajados con amplios terrenos de labor. El paisaje está formado por amplias zonas de encinar mediterráneo mezclado con quejigares que se hallan emplazados en las vaguadas y sitios más frescos.

De especial interés en el municipio es una senda accesible en el interior del bosque mediterráneo, trazada sobre el Canal Alto de Isabel II. El recorrido accesible tiene marcado interés botánico y ambiental, y al mismo tiempo es ideal para la práctica del senderismo y de la bicicleta. El trazado urbano apenas ha sufrido variaciones desde el siglo XIX y en su interior aún se conservan algunas viviendas tradicionales y conjuntos agropecuarios.

Se han encontrado numerosos restos arqueológicos de distintas épocas, la más antigua del Paleolítico Inferior. Durante el siglo XVI, los habitantes del pueblo tuvieron que pagar una gran suma de dinero a la corona para recobrar el dominio de su pueblo, ya que éste estaba siendo sucesivamente vendido por los reyes a personajes principales. Este proceso tuvo que darse una segunda vez para que la población recuperase su hogar.

Los principales motores económicos de Redueña han estado ligados tradicionalmente a la agricultura, a la ganadería y a la cantería. Este último fue de gran importancia, destacando que fueron piedras de su cantera las que construyeron la Fuente de la Cibeles y la Fuente de Apolo de Madrid.

Sumado a su arquitectura tradicional destaca como elemento arquitectónico de interés la Iglesia de San Pedro Advíncula, construcción de estilo renacentista y barroco sobre restos visigóticos. También encontramos en esta localidad el tradicional Potro de Herrar, recuperado recientemente, y su Cruz Gótica, localizada en el antiguo cementerio, sobre una columna decorada del siglo XIII-XIV, por el asentamiento de los franciscanos.

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