Rutas verano
Rutas en verano en la Sierra Norte de Madrid
En verano, la Sierra Norte de Madrid se convierte en el escenario perfecto para disfrutar de rutas adaptadas al buen clima. Desde senderos que llevan a ríos y embalses ideales para refrescarse, hasta caminatas al amanecer o al atardecer para aprovechar las horas más frescas del día, cada ruta ofrece una oportunidad única para conectar con la naturaleza. Descubre aquí las mejores rutas veraniegas para explorar la sierra y aprovechar al máximo la temporada más cálida.
Nuestras rutas
Vuelta a los Altos del Hontanar
Los Altos del Hontanar es un cordel montañoso que se escinde de la Sierra de la Morcuera a modo de espolón y que separa el valle alto del Lozoya del valle de Canencia. La ruta que os proponemos recorre ambos valles, rodeando este conjunto montañoso y nos permite disfrutar de un variado y rico paisaje natural, además de conocer varios pueblos y un rico patrimonio rural.
Partiendo de Lozoya, junto al cementerio viejo, tenemos la Señal Vertical (S.V.) (SN125), nos dirigimos por el Camino del Valle hacia Pinilla / Alameda, debiendo llegar hasta Rascafría. Este camino, prácticamente llano recorre el fondo del Valle del Lozoya, pasando por las poblaciones de Pinilla, Alameda, Oteruelo y finamente llega a Rascafría. Todas ellas bonitas poblaciones rurales que se asientan junto al rio Lozoya. Una vez en Rascafría, en Plaza de los Abetos, tenemos la S.V. (SN71). Continuamos por el camino del Valle, siguiendo la indicación hacia Monasterio de El Paular. Cruzamos el Lozoya, el camino acompaña su cauce, para después a través de un robledal desembocar en un camino, donde se encuentra la S.V. (SN26). Nos incorporamos al camino de La Morcuera, hacia Ref. de la Morcuera / Pto de Canencia, que es hacia donde nos dirigimos ahora. Este precioso e histórico camino, asciende bajo la sombra de la Cuerda Larga, entre robledales y pinares hasta el refugio de la Morcuera, aquí, tras un breve tramo por carretera, nos incorporamos a un camino, que nos conduce al collado del Hontanar. Desde el collado, parte el cordal de los altos del Hontanar, hacia el Norte. Nosotros continuamos por la pista y tras un suave descenso llegamos al Pto. de Canencia. Junto a la carretera tenemos la S.V. (SN70), y nos dirigimos a Canencia por el camino del vivero de Navasaces. Tras un descenso por un precioso pinar donde podemos ver algún ejemplar imponente de Tejo, llegamos a Canencia. Junto a la iglesia se halla la S.V. (SN78), continuamos hacia Puente de Cal y Canto, puente que cruza el rio de Canencia, donde volvemos a ver otra S.V. (SN45), incorporándonos al camino de Lozoya, hacia Pte. de Matafrailes. El camino nos conduce entre muros de piedra seca, de nuevo al camino del Valle, justo en el cruce, vemos la S.V. (SN146) y continuamos hacia Pte. del Congosto / Lozoya. El camino con algunas subidas y bajadas, cruza el Lozoya por el bellísimo puente medieval del Congosto, y nos conduce siguiendo las indicaciones de nuevo a Lozoya.
Maravillas de la Sierra del Rincón
La ruta que os animamos a disfrutar a continuación es la fusión de otros dos itinerarios propuestos de Carpetania, la Ermita de Nazaret y Pueblos de la Sierra del Rincón, siendo esta una ruta de más recorrido que une los pueblos de Horcajuelo, Montejo y Prádena además de la ermita de Nazaret. El itinerario transcurre por un marco natural incomparable, la ruta nos ofrece destacadas muestras de arquitectura rural, zonas de huerta, prados cercados con muros de piedra seca, vías pecuarias…todo un reflejo de la vida rural de estos pueblos.
Partimos de Prádena del Rincón, desde la Señal vertical (S.V.) (SN127) y nos dirigimos hacia Collado de la Dehesilla / Horcajuelo. Bajamos por una calle y nos topamos con la Iglesia de Sto. Domingo de Silos, que además de destacar por su bella factura, posee una necrópolis del s.XII. Recomendamos su visita. Tras salir del pueblo descendemos al rio Cocinillas, el cual cruzamos y ascendemos hasta un cruce donde vemos la S.V (SN32). Continuamos dirección Horcajuelo / Montejo. El camino a media ladera, nos conduce a Horcajuelo. Antes de entrar en el pueblo pasamos por la ermita de Ntra. Sra. de los Dolores. Horcajuelo es un pueblo con una arquitectura rural muy cuidada por lo que os recomendamos un paseo por sus calles. Desde la S.V. (SN74) seguimos en dirección Montejo / Ermita de Nazaret. Tras un breve tramo por carretera, entramos en el camino de las huertas, un precioso camino jalonado de muros de piedra seca bajo la sombra de nogales, robles y fresnos. A ambos lados del camino podemos ver pequeñas huertas tradicionales, en donde se cultiva entre otras hortalizas los famosos judiones de Montejo. El camino desemboca en Montejo. La Fuente de los Tres Caños, la Iglesia de S. Pedro in Cathedra o el horno suspendido son algunos atractivos que no deberíais perderos.
Desde la Plaza de la Fuente en Montejo, donde podemos ver la Señal Vertical (S.V.) (SN75), partimos en dirección Ermita de Nazaret. En esta plaza se ubica la fuente de los tres caños, construida en el siglo XIX pero inaugurada por Clara Campoamor en 1927 y que sirvió hasta no hace tanto de abrevadero para el ganado. Descendemos hasta la Ermita de la Soledad (siglo XVI). Tomamos la calle que baja y que nos deja en una pasarela que cruza el rio de la Madre. A partir de aquí comenzamos la subida, atravesando las grandes praderas que albergaban los linares. Desde lejos ya vemos la silueta de la Ermita en lo alto de un cerro. Una vez en la Ermita, podemos contemplar las bonitas panorámicas que nos ofrece desde su privilegiada atalaya.
Después de la parada obligada en le ermita para disfrutar de este enclave, tomamos el camino de grava que sale hacia el Norte desde el lateral de la Ermita, atravesamos un zarzo y llegamos a un cruce donde se ubica la S.V. (SN80), tomamos el camino que se dirige a Prádena / Montejo (por cordel del calvario). Nos adentramos en una amplísima vía pecuaria, delimitada por trabajados muros de piedra seca que nos deja en la carretera de Puebla. Nada más cruzar, vemos la S.V. (SN137) y continuamos por el camino de los cañuelos, dirección Prádena / Montejo. Tras rebasar un arroyo y remontar la ladera, caminamos por amplias praderas, salpicadas de algunos de rodales de robles y rosales silvestres. Descendemos suavemente, hasta alcanzar el arroyo de los santillos. El camino, ahora en subida, nos conduce a la carretera de Puebla, y continuamos dirección Prádena por la senda del agua, según nos indica la S.V. (SN148). Tras un pequeño tramo por la acera, regresamos de nuevo a Prádena del Rincón.
Vuelta al Pendón. MTB
Es una ruta muy larga que se recomienda hacer en bicicleta de montaña. No hay agua en todo el camino.
La ruta utiliza el mismo camino que el final de la ruta 5 pero en sentido contrario. Sale del pueblo, pasa la cantera y la Fuente del Collado siempre por el lado izquierdo de la M610. Baja por el valle hasta la altura del Albergue Valle de los Abedules. Pasado este punto gira a la izquierda buscando el Arroyo del Valle que sigue hasta casi llegar al viaducto del tren. En este punto gira a la izquierda ascendiendo una fuerte pendiente hasta llegar a la pista que rodea por el sur el macizo del Pendón. Tras un largo recorrido de subidas y bajadas con unas magníficas vistas del piedemonte que se extiende hacia Madrid llegaremos al Destacamento Penal y desde ahí hasta la plaza de la Constitución en el casco urbano donde empezamos nuestro recorrido.
Ruta de El Picazuelo
La ruta comienza en la iglesia de Santa Ana en Cinco Villas y sigue por la calle Mayor en dirección a la pista polideportiva, que deja a la izquierda. Continúa por un camino de tierra, que forma parte de la vía pecuaria Colada del Cerro de Cinco Villas, hasta llegar a una bifurcación, punto en el cual la senda toma el camino de la derecha internándose en un pinar. Ya dentro de la masa boscosa, la ruta inicia la subida al Picazuelo por una pista bien definida. El camino vuelve a dividirse y la senda continúa por la derecha mientras que en la siguiente bifurcación continúa por la izquierda. Termina en la zona más elevada donde se encuentra una antena con varias estaciones de telefonía móvil y repetidores de telecomunicaciones. El regreso se hace por el mismo camino.
El primer tramo del recorrido discurre por una zona de pastizales y plantas aromáticas como tomillo, mejorana y cantueso que mantiene un aprovechamiento ganadero. Abundan las especies herbáceas anuales que pasan el verano bajo la forma de semillas para evitar el calor y la falta de agua. Durante el otoño la lluvia hace crecer de nuevo los pastos.
El segundo tramo entra en el Monte de Utilidad Pública Cerro de Cinco Villas, repoblado de pino resinero. En la cima destacan las amplias panorámicas de la Sierra de Guadarrama, la Sierra del Rincón y el valle del río Lozoya con tres de sus embalses: Riosequillo, Puentes Viejas y El Atazar.
Circular del Madarquillos
El rio Madarquillos nace en la ladera de los Montes carpetanos, al Oeste del Puerto de Somosierra. De sus fuentes se alimentan algunas regueras, como la de Piñuecar y La Serna o la desaparecida reguera que regaba los huertos de Aoslos. Tras un corto recorrido, vierte sus aguas al Lozoya, al igual que la mayoría de arroyos y ríos de la Sierra Norte. En esta ruta vamos a conocer parte de su cauce, y algunas de las poblaciones que se asientan en sus cercanías como Horcajo, Aoslos o Madarcos, de quien recibe el nombre.
Comenzamos nuestra andadura en Horcajo de la Sierra, municipio ubicado en la horca que forma el rio madarquillos con el arroyo de los Haces. Desde la Señal Vertical (S.V.) (SN126) ubicada junto a la carretera, tomamos el Camino de Aoslos, dirección Aoslos / Madarcos. Detrás de la iglesia tomamos el sendero que desciende hasta la S.V. (SN15) y nos dirigimos por la Cañada de la Risca hacia Madarcos. El sendero discurre junto al rio, serpenteando por la ladera izquierda del Madarquillos entre robles y árboles de ribera como fresnos, alisos o sauces. Esta zona es especialmente bonita, el rio se encajona entre las laderas, alternado con zonas más abiertas donde el bosque se asienta en sus márgenes. Poco más abajo, podemos ver las ruinas del molino de Paulino. El sendero asciende por la ladera por una zona despejada y nos deja en la S.V. (SN16). La ruta continua por el camino de Piñuecar hacia Piñuecar / Aoslos, aunque os recomendamos visitar Madarcos, que queda a menos de un kilómetro, ascendiendo el camino.
Tras cruzar el Madarquillos por una pasarela, podemos ver el molino restaurado de la Tia Fausta, hoy reconvertido en vivienda. Ascendemos por un camino paralelo a la valla del molino, hasta unas bonitas praderas salpicadas de espinos y rosales silvestres llamadas Los Llanos, siempre junto a la valla llegamos a la S.V. (SN14). Continuamos por el camino de las Vaquerizas hacia Aoslos / Horcajo, por una amplia vía pecuaria que cruza el arroyo de las Pozas. Una vez en Aoslos, junto a la plaza, tenemos la S.V. (SN135), continuamos por el camino de Horcajo, dirección Horcajo, que cruza la plaza y se interna en un bonito camino vecinal. Tras cruzar la carretera en dos ocasiones el camino vuelve a encontrase con el rio madarquillos, el cual cruzamos por un bonito puente restaurado de origen incierto. Este puente facilitaba el camino desde Buitrago del Lozoya hasta Montejo de la Sierra, atravesando Aoslos y Horcajo de la Sierra. Tras el puente vemos la S.V. (SN151) y continuamos hacia Horcajo, el camino se torna en sendero y nos conduce de nuevo a Horcajo de la Sierra.
Ruta de los Caminos Vecinales
Lozoyuela, Las Navas de Buitrago y Sieteiglesias son tres municipios que comparten ayuntamiento, además de historia y un paisaje de suaves laderas asentado en el valle del Lozoya. La ruta que os proponemos recorre las tres poblaciones a través de caminos vecinales, que nos dejan magnificas estampas etnográficas como los muros de piedra seca, abrevaderos, fuentes y un magnifico paisaje modelado por el hombre para su aprovechamiento.
Comenzamos nuestra caminata en Lozoyuela, junto a la plaza de las Antiguas Escuelas podemos ver la cartelera de Carpetania, desde donde nos dirigimos hacia el Sur por la Av. De Madrid. Antes de llegar a la rotonda, nos encontramos con la señal vertical (S.V.) (SN118), y continuamos en la misma dirección hacia Sieteiglesias / Puente romano. Un camino peatonal junto a la carretera M131, nos conduce hasta Sieteiglesias. En Sieteiglesias os recomendamos visitar la necrópolis. El yacimiento se localiza en lo alto de una zona denominada «Berrocal de la Iglesia», caracterizada por un conjunto de afloramientos de tipo granítico. Hasta el momento se han documentado 85 tumbas de final de la Edad Media, pudiendo corresponder a las repoblaciones cristianas que tuvieron lugar en esta zona entre los siglos IX y XI. Una vez en la S.V. (SN121), tomamos el camino de Las Navas hacia Las Navas de Buitrago / Cincovillas, un camino vecinal que conecta ambas poblaciones y que es un bellísimo ejemplo de este tipo de callejas tradicionales, rodeadas de muros de piedra, que da acceso a multitud de fincas. El camino desemboca en el tranquilo pueblo de Las Navas, donde nos topamos con la S.V. (SN120), nos dirigimos ahora por el Camino de Cincovillas hacia Puente del cura / Cincovillas. El paisaje ahora está dominado por amplias praderas salpicadas de arbustos. Tras un breve descenso hacia el arroyo de la Alameda, nos encontramos con el puente del cura, recientemente restaurado. Justo antes del puente tenemos la S.V. (SN131), sin cruzar el puente, nos dirigimos hacia Lozoyuela / Sieteiglesias (por Lozoyuela). El paisaje sigue dominado por las praderas hasta que nos incorporamos a una calleja que se encajona entre muros de piedra seca y afloramientos rocosos en el suelo nos deja en Lozoyuela.
La Almenara
La ruta parte de la Plaza de la Picota, en El Berrueco, continúa por la calle Real y la carretera M-131 dirección Torrelaguna hasta tomar un desvío a la izquierda por el camino La Casilla o camino del Canal. En este punto hay un panel informativo de la senda, con unos datos generales y una breve descripción del recorrido. Se deja un lavadero y un abrevadero a la izquierda y la ruta continúa por el camino de tierra. Se llega a una zona más amplia en donde cruzan las sendas de la Atalaya (local) y del Genaro (GR 300). La senda de La Almenara baja hacia el embalse por una pista bien definida, y llega hasta la Almenara de El Berrueco situada en el Canal de El Villar. Un poco más adelante se deja la depuradora del pueblo a la izquierda.
La senda continúa bordeando el embalse durante algo más de un kilómetro hasta un mirador con un cartel informativo, punto en el cual se inicia el regreso hacia El Berrueco, manteniendo a la derecha la urbanización Vallehondo. Desde aquí el recorrido coincide con la senda del Genaro por lo que habrá que seguir las señales de esta senda, entre pastos y fresnedas, hasta llegar a la carretera M-127 que nos llevará hasta el final de la ruta, en la Plaza de la Picota.
La Almenara de El Berrueco es una construcción asociada al Canal de El Villar y se utiliza para gestionar el caudal del agua y permitir labores de mantenimiento mediante un sistema de compuertas. El Canal de El Villar fue construido en 1912 y tiene su origen en el embalse de El Villar. Finaliza su recorrido en el depósito en Torrelaguna donde se une al Canal del Jarama y al Canal de El Atazar.
La ruta bordea la lámina de agua desde una cierta altura, lo que permite disfrutar de unas buenas vistas del embalse y del pueblo de Cervera de Buitrago, en la otra orilla. Si el embalse no está al máximo de su capacidad se puede observar la característica “ceja” que es la parte de la ladera sometida a las variaciones de altura del agua embalsada y en la que es difícil que crezca la vegetación.
La vegetación predominante es un jaral de jara pringosa con enebros, romeros, cantuesos y rosales silvestres. El suelo, muy arenoso, es el resultado de la erosión de las rocas de granito, típicas de la zona, que se descomponen en granos de cuarzo, feldespato y mica.
El molino de Paredes
La senda parte de la iglesia de la Inmaculada Concepción de Paredes de Buitrago, y sube por la primera calle que sale a la derecha de la carretera, al lado de la parada del autobús, junto con otra senda local que se dirige a los Descansaderos. En la siguiente bifurcación se separan ambas sendas, continuando el Camino al Molino por la izquierda. Pasa junto a la antigua fragua, el potro de herrar y la Fuente Vieja hasta el campo de deportes. Allí coge el camino de la izquierda, que discurre entre muros de piedra y fresnedas bien aprovechadas por el ganado. Se cruza la senda Frente del Agua y la carretera M-127 para continuar por un camino de tierra que sale a la derecha, en dirección al río de la Nava o Cocinillas. La senda termina en el molino de Paredes. La vuelta se realiza por el mismo camino.
El primer tramo de la senda atraviesa un paisaje reticulado de pastos, fresnos y muros de piedra que delimitan las diferentes propiedades. Se mantiene un aprovechamiento ganadero de estos pastos y no es raro tener que compartir la senda con el ganado vacuno, ya que en este tramo el camino discurre por las vías pecuarias Cordel del Carrascal y Descansadero del Salegar del Zapatero.
La ruta nos acerca hasta los restos arqueológicos del frente de guerra que se estableció en esta zona durante la Guerra Civil. Este frente tuvo una gran importancia estratégica ya que defendía el control de dos embalses cercanos que abastecían de agua a la población de Madrid: el embalse de Puentes Viejas y el embalse de El Villar. Se pueden observar diferentes infraestructuras bélicas como trincheras y casamatas.
Finalmente la ruta llega hasta el molino de Paredes en el río de la Nava o Cocinillas. En él se puede observar la maquinaria original y las diferentes estructuras que hacían funcionar el molino, incluida una cacera. Destaca así mismo la vegetación de ribera, junto a la cual se ha ubicado una pequeña zona de picnic con una mesa y unos bancos.
Por la trocha del Arroyo Cigüeñuela
Desde la plaza mayor nos dirigimos hacia el norte por la calle del Viento. Superamos una fuente con abrevadero para los animales y cruzamos el túnel de la vía del tren. El camino sigue de frente por una carretera, con el firme en mal estado que discurre entre prados. Las zarzas y algún roble aparecen pegados a los muros de piedra que marcan los límites de las parcelas. Continuamos nuestro camino hasta un desvío que sale a la izquierda justo antes de llegar a un arroyo estacional muy fácil de distinguir por la vegetación.
Descendemos atravesando los prados en paralelo al arroyo de la Cigüeñuela por su margen izquierda. A media ladera está el canal de riego. Hay que cruzar el arroyo para poder encontrar el puente sobre la vía del tren. El camino gira hacia Braojos volviendo a cruzar el arroyo que da nombre a nuestra senda para dirigirse hacia el pueblo por las callejas que sirven de paso entre las fincas de pasto. Esta zona se conoce como las «Eras de la Veredilla», donde hace unas décadas todavía podían verse mulas y trillos en la recogida de la cosecha.
Tierra de Colonos
En el siglo XI, tras la conquista de Toledo por los ejércitos cristianos y la consolidación de los territorios reconquistados al Norte de dicha ciudad, se comienza a repoblar las zonas al Sur del Sistema Central. Con la firma del Fuero de Sepúlveda en el año 1076 por Alfonso VI, se ceden tierras libres de carga en las zonas entre las líneas del Duero y el Tajo. A la par que el terreno, los colonos recibían una pequeña cantidad en metálico con el fin de hacer frente a los primeros gastos de herramientas y simientes. Estos pueblos por lo que transita nuestra ruta, fueron de los primeros lugares de la Sierra Norte de Madrid donde se asentaron estos colonos cristianos, la Ermita de San mames o el despoblado de Santiago son testigos mudos de este momento histórico.
Comenzamos nuestra ruta en Gargantilla, en la misma plaza, tenemos la señal vertical (S.V.) SN48 y nos dirigimos hacia Eta. de Santiago / S. Mamés. Poco después junto a la rotonda seguimos las indicaciones de la S.V. SN109 hacia Camino de Reimoros, S. Mames. El camino se interna en una zona de robledal y zonas abiertas, desde donde podemos divisar unas bonitas vistas del valle del Lozoya y del embalse de Riosequillo. En un cruce señalizado con la S.V. SN147, podemos optar por visitar Navarredonda, población que alcanzamos a través de un bonito sendero entre robles o continuar hacia S. Mamés, donde os recomendamos visitar la iglesia de S. Mamés que se asienta sobre la antigua ermita erigida en honor al santo por los primeros pobladores. La influencia islámica ha quedado reflejada en su bello ábside de estilo románico-mudéjar.
Continuamos hacia Pinilla de Buitrago desde S.V. SN49, a través de zonas de pasto y pequeños bosquetes de robles y fresnos. Llegados a un cruce en una bonita pradera, vemos la S.V. SN41, y continuamos hacia Pinilla, a donde llegamos a través de un camino entre fincas. Junto a la fuente, vemos otra S.V. de la Red, SN42 y continuamos hacia Eta. de Santiago. El camino jalonado de muros de piedra seca nos conduce hasta el despoblado de Santiago, el emplazamiento original de Gargantilla y uno de los primeros asentamientos de la zona, donde solo permanece en pie las ruinas de la ermita de Santiago, y lugar en el que se produjeron los desposorios de Juana la Beltraneja.
Un amplio camino de zahorra nos conduce de nuevo a Gargantilla tras cruzar las vías del tren.
Despoblado de Bellidas y espadaña de Sto. Domingo
Salimos desde la iglesia de San Simón. Dejamos atrás el ayuntamiento y la fuente para continuar por la calle Alta hasta dejar las últimas casas del pueblo.
El paisaje son prados de pasto con muros de piedra que marcan las lindes de las parcelas despejadas de árboles donde se mantienen los robles rebollos y los fresnos. Estos últimos son fáciles de identificar ya que sus troncos presentan las huellas de las podas «trasmoche». Esta práctica consistía en la poda de las ramas verdes para alimento del ganado. Los árboles presentan troncos cortos y muy abultados en su parte superior a modo de hongo.
Seguimos de frente y a unos 1,6 km. del inicio, a nuestra derecha, en una finca privada, está el antiguo poblado de Bellidas. Hoy día solo queda una casa en pie y la traza de las calles testigo de lo que fue una pequeña villa independiente que llegó a albergar a 11 familias.
El camino asciende de forma suave y poco a poco los robles dan paso al monte bajo de arbustos y zarzas. Al llegar a la pista principal hemos de girar a la izquierda hacia la autovía. A nuestra derecha pasamos un campo de cantuesos y un pinar de repoblación. Giramos a la izquierda para caminar paralelos a la A-1 durante 1,4 km. En esta zona de la ruta empieza a observarse, a nuestra izquierda, la Espadaña de Santo Domingo coronada por el nido de cigüeñas.
Justo antes de llegar a la carretera que desciende desde la gasolinera giramos a la izquierda para descender por una preciosa calleja que divide las fincas de pastos. A nuestra izquierda, siempre visible, la Espadaña de Santo Domingo. Cruzamos la vía pecuaria «Colada de las Cencerradas» sobrepasamos el «Cañón del Altillo de Bellidas» y llegamos al camino principal por el que retornaremos a Piñuecar.
Ruta del Banco
Esta ruta circular parte de la Plaza de Nuestra Señora del Carmen, junto al Ayuntamiento, tomando en dirección norte la calle del Llano hasta que dejamos el pueblo atrás y comenzamos la subida hacia la Cañada Real Segoviana por un tramo del GR10. Una vez llegados a la cañada atravesamos y continuamos la ascensión montaña arriba hasta llegar a la Fuente Comenzuela donde el camino gira a la izquierda limitando con el pinar. La senda nos lleva por las laderas del Mondalindo pasando entre el Cancho de la Pila (donde se encuentra la Cabeza de Piedra) y la Peña de la Cabra hasta que llegamos al Cancho del Mondalindo. Desde aquí tenemos amplias vistas hacia el sur del municipio apreciándose las canteras de granito y los antiguos huertos de la vega del Arroyo Albalá.
La senda continúa ascendiendo entre matorral de alta montaña hasta llegar al Cancho de Las Hornillas donde se encuentra el banco de piedra más alto de la Comunidad de Madrid (1850m) desde el que se disfrutan de espectaculares vistas en todas las direcciones destacando al oeste los Montes Carpetanos y el Valle del Lozoya, al este el Pantano de El Atazar y al sureste el pueblo de Valdemanco y la roca granítica de la Sierra de La Cabrera.
El descenso se realiza continuando la senda hacia el noreste hasta que llegamos a la parte más alta del pinar y desde ahí bajamos entre pinos hasta llegar al camino forestal. Desde aquí la pista nos lleva hasta la Fuente de la Pedriza del Comedero y continúa hasta el límite municipal a la altura del puerto del Medio Celemín, desde el que descendemos hasta encontrarnos nuevamente con la Cañada Real. La parte final de la ruta para por la Fuente del Collado bordeando muros de piedra de huertas y prados entre roble melojo, fresnos y tomillares, hasta descender hacia el pueblo, donde podremos reponer fuerzas en cualquiera de nuestros restaurantes y asadores, siendo el cabrito el plato estrella de la cocina local.
Vuelta al Cerro de la Cruz
El cerro de la Cruz conforma un monte isla en medio del valle del Lozoya, estos montes, debido a su composición de materiales más duros permanecen erguidos en comparación del paisaje circundante. La Sierra de La Cabrera o el cerro de san Pedro son otros ejemplos cercanos. Este cerro, a modo de espolón que se escinde de los Montes carpetanos, proporciona unas vistas espectaculares de gran parte de la Sierra Norte. Os proponemos dos rutas para conocer el cerro ninguna llega a la cima, al ser esta una finca privada. Una nos permite circunvalarlo para conocer todos los paisajes que lo rodean, la otra atraviesa el cerro por uno de sus collados, lo que nos permite realizar un recorrido en altura muy interesante.
Comenzamos en Lozoya frente al antiguo cementerio, donde se halla un cruce de la Red Carpetania. En este cruce tenemos la Señal Vertical (SN125), seguimos las indicaciones hacia portachuelo de Navarredonda. Un ascenso tendido por una pista nos deja en El Portachuelo tras una variada sucesión de paisajes de pradera, robledal y pinar. Justo en el Portachuelo tenemos otro cruce donde vemos la S.V. (SN47). Aquí podemos optar o por descender hacia Navarredonda para circunvalar el cerro, siguiendo la misma dirección que llevábamos o girar a la derecha hacia Gargantilla para a travesar el cerro a través de Los collados. Si decidimos circunvalarlo, bajaremos a través de la Dehesa de La Umbría a Navarredonda, donde tomaremos el camino de las moralejas hacia San Mames en la S.V. (SN124). El camino a través de un bonito robledal nos lleva hasta otro cruce donde seguiremos las indicaciones de la S.V (SN147) incorporándonos al camino de Reimoros hacia Gargantilla. Una vez en la plaza de Gargantilla, seguiremos las indicaciones de la S.V. (SN48), incorporándonos al camino de Lozoya. Tras pasar el camping, cruzamos una carretera y caminamos paralelos a la carretera por un vía pecuaria, para luego incorporarnos al camino natural del valle en (SN155) continuando nuestro camino hacia Lozoya.
Si decidimos atravesar el cerro, en el Portachuelo seguiremos las indicaciones de SN47 hacia Gargantilla por la cañada del tercio nuevo. El camino atraviesa un terreno en altura que combina robledales con zonas despejadas, ya en la parte más alta se nos abren estupendas vistas del valle antes de descender por un sendero hasta el camino que nos lleva a Gargantilla. En la plaza nos encontramos con la S.V. (SN48), donde se unen de nuevo ambas rutas.
El Camino de los Botánicos
La Sierra Norte de Madrid situada en el Sistema Central forma parte del eje divisorio de las dos mesetas. Este territorio fronterizo y de transición climática alberga gran cantidad de ecosistemas. El Camino de los Botánicos nos invita a conocer varios de estos ecosistemas, que son una excepción en estas latitudes. En tan solo 15 km pasaremos por un área de piornos, retamas y cambroño, un pinar de pino silvestre, un bosque de acebos y un abedular, todo un regalo para los amantes de la botánica y la ornitología.
Partiremos de Somosierra, junto a la ermita de la Soledad tenemos la Señal Vertical (S.V.) (SN57) e iniciamos nuestra ruta incorporándonos al Camino Horizontal, dirección Dehesa de acebos (por horizontal). Una pista forestal nos introduce en un ecosistema de matorral, donde las retamas, cambroños y piornos dominan la escena. Ya avanzada la primavera, la floración de estas especies lo inunda todo de amarillo. En cuanto a aves, no es raro observar al pechiazul o alguna curruca entre sus ramas. Tras el matorral, entramos en una zona de pinar silvestre acompañado de un interesante sotobosque donde destaca el acebo. Multitud de aves forestales como pícidos pueblan esta zona. Tras el pinar, vemos un muro de piedra a nuestra izquierda, pronto encontramos la S.V. (SN56). Siguiendo el Camino de la dehesa y la indicación Dehesa de Acebos / Robregordo, atravesamos el zarzo de entrada y penetramos en la Dehesa. Este singular bosque es la acebeda mejor conservada de la Comunidad de Madrid.
Estas formaciones no son algo habitual, el acebo suele formar parte del sotobosque de pinares, hayedos o robledales, pero es algo extraño que sea la especie predominante. La concurrencia del clima con el tradicional manejo del ganado nos ha legado esta joya botánica y paisajística. Las espesas masas de acebos, ofrecen protección y proporcionan un alimento fundamental para las aves en los meses más fríos, ya que el fruto del acebo madura en noviembre, diciembre. El acebo es una especie protegida, no se permite cortar ramas ni recoger frutos. El camino desciende hasta un área recreativa, para remontar y salir a la antigua N-I, donde tenemos la S.V. (SN40). Continuamos hacia Dehesa bonita / Somosierra, nos incorporamos a un camino que tras descender paralelo a la autovía, la atraviesa por un túnel, para continuar paralelo a la autovía hasta la S.V (SN39). Continuamos hacia dehesa bonita / Somosierra. La dehesa bonita de Somosierra, guarda una de las reliquias botánicas que aún nos quedan en la región de épocas glaciares. Su ubicación a una altura de 1450 m y expuesta a los vientos fríos y húmedos del Norte, crean un microclima ideal para estas especies. Su enorme variedad: acebos, robles, cerezos, avellanos, servales y, sobre todo, abedules, hacen de éste un lugar espectacular, sobre todo cuando llega el otoño y los contrastes de colores entre las diferentes especies se hacen más patentes.
La Maleza y senda del Jarama
La Hiruela es uno de los pueblos más idílicos de la Sierra Norte de Madrid, posado en una loma sobre el rio Jarama y rodeado de montañas y frondosos bosques de roble ofrece unas vistas increíbles. Su cuidada arquitectura rural, invita a pasear sosegadamente por su núcleo urbano y disfrutar de sus calles y plazas. La Hiruela está íntimamente ligada al rio Jarama, dos molinos aprovechaban la fuerza de sus aguas para moler el grano, os proponemos una ruta para conocer el entorno de la Hiruela y como no, el rio Jarama.
Comenzamos la ruta frente al ayuntamiento, donde se ubica la Señal Vertical (S.V.) (SN65), y nos dirigimos por la C/ Enmedio hacia Pto. de La Hiruela / La Puebla. Salimos del pueblo y tras un tramo por la carretera, nos incorporamos a un camino que asciende por la loma de Los Raseros, hasta llegar a una caseta de vigilancia forestal, junto a la que se ubica la S.V. (SN64). Nos incorporamos al Camino de la Maleza, hacia Pto. de El Cardoso. La pista recorre la ladera del Cerro de La Maleza, atravesando un frondoso pinar, donde podemos ver algunos acebos en el sotobosque, más bajo queda el río Jarama. El camino se adentra en zonas de vaguada, para asomarse de vez en cuando al valle que forma el Jarama, en la ladera opuesta asoma el pueblo de El Cardoso, en la vecina Guadalajara, ya que el Jarama hace de frontera natural entre las dos provincias. Nuestros pasos nos conducen al Puerto de El Cardoso, cruzamos la carretera y seguimos las indicaciones de la S.V. (SN38), Senda del rio Jarama hacia La Hiruela. Nos dirigimos hacia el pinar, y descendemos hasta la carretera, cruzamos y continuamos por un camino desdibujado que desemboca en una pista forestal a la que nos incorporamos hacia la derecha en el sentido de nuestra marcha. La pista, continua por el pinar, hasta transformarse en un sendero que desciende hasta la orilla del rio Jarama. A partir de aquí el sendero es un espectáculo natural en cualquier época. Alisos, sauces, fresnos, abedules y hasta algún haya acompañan a este jovencísimo rio Jarama. Las partes más frondosas se alternan con idílicas praderas junto al rio que invitan a sentarse y contemplar el paisaje. El sendero a veces junto al rio, otras veces remontando la ladera, nos deja en el puente de El Cardoso, y nos incorporamos al sendero que asciende hacia la Hiruela, a la derecha según nuestra marcha.
Circular Peña la Cabra
La Peña la Cabra es una las cumbres más significativas de la Sierra Norte, no tanto por su altura pero si por su inconfundible silueta, visible desde casi todos los puntos de la Sierra. Su forma piramidal, compuesta de pizarra llama la atención y es una ascensión obligada para los senderistas que se acercan a la Sierra Norte. Circunvalar esta mole de pizarra, nos ofrece una multitud de paisajes de gran belleza, en donde se combinan cordales con unas magníficas panorámicas, robles centenarios, caminos tradicionales de mampostería en pizarra, pueblos de arquitectura negra y una naturaleza exuberante. Os proponemos una ruta ideal para completarla en dos días, pernoctando en Puebla o en Robledillo o Berzosa.
Comenzamos nuestra ruta en Berzosa del Lozoya, un bonito pueblo rodeado de un mar de jara y posado en una ladera que le otorga unas preciosas vistas. Desde la señal vertical (S.V.) SN43, nos dirigimos hacia Collado de Peña Parda. Tras salir por la parte alta del pueblo, nos adentramos en la dehesa de robles y vamos ganando altura suavemente mientras caminos en diagonal por la ladera. El robledal da paso al pinar y tras incorporarnos a un camino a nuestra derecha que gana en pendiente, alcanzamos el collado de Peña Parda. Caminamos ahora por el cordel, a medida que ascendemos las vistas son sublimes, roquedos afilados, pinos moldeados por el viento, praderas alpinas y algunas construcciones en ruinas, algunas de ellas restos de refugios y puestos de comunicaciones de la Guerra Civil, a nuestra derecha vemos la mole piramidal de Peña la Cabra. Tras recorrer todo el cordel, llegamos a una pista forestal al a que nos incorporamos a la derecha, y que nos conduce al Collado de la Tiesa, donde tenemos la S.V. SN36. Desde aquí nos dirigimos hacia Collado Larda / La Puebla, pero antes, no podemos dejar escapar la cumbre de Peña la Cabra, para ello, debemos tomar el senderos que a través de la loma y señalizado con hitos de piedra se dirige a la cumbre. Desde Peña la Cabra tenemos unas increíbles vistas sobre toda la Sierra de Guadarrama y las sierras adyacentes, la Sierra de Ayllón, el embalse de El Atazar…Después del atracón de vistas, volvemos sobre nuestros pasos al collado de la Tiesa. El camino desciende y nos internamos en un hermoso pinar que alterna zonas de pradera que nos dejan unas vistas espectaculares del Valle de La Puebla y de las cumbres que encierran el valle.
Llegamos al hermoso collado Larda, un paisaje idílico de praderas verdes salpicado de afiladas pizarras que afloran del suelo. Seguimos las indicaciones de SN110, hacia Puebla, unos retorcidos robles nos acompañan el inicio del descenso. Entre jaras, robles centenarios y algunos viejos tinaos llegamos a Puebla. Puebla es uno de los pueblos con la arquitectura más cuidadas de la Sierra Norte, sus casas de pizarra y sus estrechas calles invitan a un tranquilo paseo y a disfrutar del paisaje que envuelve al pueblo.
Después de un merecido descanso volvemos sobre nuestros pasos al Collado Larda, esta vez seguimos las indicaciones de SN110 hacia Robledillo, continuando por el camino del cartero. Tras pasar el collado tomamos el sendero que serpenteando entre brezos, jaras y robles va recorriendo la ladera que forma el macizo de Peña la Cabra, sorteando las vaguadas que forman los arroyos que dejan caer sus aguas al rio de La Puebla, del cual vemos el profundo barranco que ha formado en el fondo del valle. En esta zona podemos contemplar el valioso patrimonio viario que contiene estos caminos serranos, auténticas obras de arte en mampostería, realizadas con lajas de pizarra, que durante años los vecinos fueron construyendo para adecuar el camino al relieve montañoso de la zona. Tras pasar el rio del Riato, nos internamos en una zona de pinar y ascendemos diagonalmente por la ladera hasta llegar a un collado a los pies del cerro Porrejón. Desde aquí, podemos ver la población de Robledillo a la que nos dirigimos.
Antes de llegar a Robledillo nos topamos con la S.V. SN90 hacia Berzosa, un camino vecinal nos conduce a Berzosa, donde comenzamos nuestra caminata.
Senda de los prados
La ruta se inicia en la esquina de las calles Iglesia y Pozas, cruza la Plaza de Las Arcas y sigue por la calle del Pozo hasta dejar atrás las últimas casas del pueblo de Cervera de Buitrago. Se llega a una encrucijada de caminos, bajo un tendido eléctrico, y la senda continúa recto por la vía pecuaria Colada de la Caleriza, dejando la senda del Genaro y la antigua carretera a El Atazar a mano izquierda. El camino se adentra por un pequeño quejigar, catalogado como Monte Preservado, en el que hay varias señales y carteles informativos. A partir del último de estos carteles, referido al paisaje, la ruta toma una estrecha senda que baja al arroyo de Valdehierro que cruza por una pasarela de madera, aguas abajo de un dique de contención de sedimentos. Se atraviesan antiguos campos de labor, hoy cubiertos por extensos jarales, y se deja atrás un abrevadero. Finalmente se llega al arroyo del Vallejo del Saz y a un segundo dique de contención de sedimentos. El regreso se hace por el mismo camino.
El paisaje se caracteriza por la presencia de un denso matorral de jaras y romero y, en las zonas más húmedas, zarzas, rosales y majuelos con sauces, fresnos, quejigos y robles aislados. Es el resultado de siglos de prácticas agrícolas y ganaderas que deforestaron el territorio y cuyo abandono ha propiciado el crecimiento de este tipo de matorrales sobre unos suelos muy pobres. Otra de las características de esta ruta son los diques de contención construidos en los arroyos Valdehierro y Vallejo del Saz, que permiten que los sedimentos más gruesos que llegan arrastrados por el agua se depositen y no lleguen al embalse de El Atazar. También se puede observar un colmenar tradicional construido con trocos huecos de árboles, lajas de piedra e incluso chapas de metal. Destacan en algunos puntos del recorrido las vistas sobre el embalse de El Atazar.
El Tinao del águila
Se inicia el recorrido en las Eras de Trillar, en la zona alta del pueblo de El Atazar, baja hacia una zona de huertas y sube en dirección Peña Vallicar y el corral de los Cotorros, que deja a la derecha. La senda, bien visible, va atravesando un denso jaral con romero y se mantiene a cota, con ligeras subidas y bajadas. Se cruza un primer barranco llamado Culicalla que pone una nota de contraste con los fresnos y sauces que en él crecen. La senda continúa por la ladera de Cabeza Antón (1396 m) donde se pueden observar varios corrales ya abandonados. Se cruza el barranco de los Arredondos y se pasa al lado de un tinado hundido. La zona se vuelve más rocosa y finalmente se cruza el barranco del Águila, bastante profundo, para llegar a otro tinado, punto donde finaliza la senda. La vuelta se realiza por el mismo camino.
La ruta discurre en su totalidad por la Zona Especial de Conservación (ZEC) “Cuenca del río Lozoya y Sierra Norte”. La formación vegetal predominante es un jaral con romero, con una espectacular floración en la primavera, que da paso a sauces, fresnos y matorral espinoso en los barrancos que van jalonando todo el trayecto. El recorrido nos permite contemplar amplias panorámicas del embalse de El Atazar; del valle del Riato, con sus laderas repobladas de pinos; así como del Alto de Matachines, con la Sierra de Guadarrama como telón de fondo. Destaca el relieve abrupto y rocoso de las laderas de Cabeza Antón y de los barrancos de los Arredondos y del Águila, labrado sobre pizarras negras.
Respecto al patrimonio cultural la ruta parte del museo al aire libre de las Eras de Trillar donde varios paneles explican las distintas labores agrícolas. La senda también permite la observación de diferentes estructuras ganaderas como rediles y tinados de pizarra, actualmente abandonados. En el último de ellos, ya en el barranco del Águila, se pueden observar los nombres que grababan los pastores en las piedras. También es de interés el propio trazado de la senda construido aprovechando las pizarras del terreno.
El Espartal y los Altos del Hontanar
Los Altos del Hontanar constituyen un cordal montañoso que se escinde de la Sierra de La Morcuera y que cierra el Valle del Lozoya por su vertiente Este. Esta privilegiada situación, dividiendo los valles de Lozoya y Canencia, le otorga unas vistas inmejorables sobre ambos valles, además, de unas panorámicas sobresalientes del macizo de Peñalara, Cuerda Larga y los Montes Carpetanos.
Comenzamos nuestra ruta en Alameda del Valle, concretamente desde la Señal Vertical (S.V.) (SN81), situada en la C/ del Romero y nos dirigimos hacia Ref. Majada del Cojo / El Espartal. Nada más comenzar cruzamos el rio Lozoya y atravesamos el fondo del valle, una zona prácticamente llana, donde podemos ver praderas salpicadas de fresnos y robles donde pasta el ganado. A medida que avanzamos y nos aproximamos a la ladera, el camino va aumentando la pendiente y nos adentramos en una zona de robledal por la que ascendemos. Más arriba, el robledal se aclara, da paso a brezos y retamas y finalmente, tras una zona donde el camino se abre paso a través de las rocas que cortan la ladera, nos internamos en el pinar. Poco después llegamos el refugio de la Majada del Cojo, un refugio libre, donde llevando el equipo adecuado podemos pernoctar, o utilizarlo para descansar y reponer fuerzas. En cualquier caso, hagamos un uso correcto de este tipo de instalaciones para que estén disponibles para otros senderistas.
Junto al refugio encontramos la S.V. (SN141). Tomamos el camino que nos indica Pico el Espartal / Portachuelo de Canencia para poco después alcanzar el cordel y dirigirnos hacia la izquierda, por un amplio cortafuego por el que transita un camino. Un suave ascenso por este ancho camino nos conduce hasta el pico Espartal, al que reconoceremos por su vértice geodésico. Tras cruzar una alambrada, continuamos ahora por un sendero que desciende hasta el collado de las fuentes, y tras un repecho que remonta la ladera del Cerro del Águila, bajamos hasta el Portachuelo de Canencia. En este amplio collado, podemos ver la S.V. (SN46), y nos dirigimos hacia el camino de Navalmaillo (Pinilla del Valle / Alameda). El sendero, que tras internarse en el robledal se tornara en camino, desciende de manera continuada entre el robledal hasta llegar a las inmediaciones del Embalse de Pinilla, cuya cola o lugar donde el rio desemboca en el embalse cruzamos por un puente y continuamos hasta un cruce donde hallamos una S.V. (SN27). Aquí seguimos hacia la izquierda, en dirección Alameda / Oteruelo, nos encontramos en el Camino natural del valle por el que en apenas 30 min, regresamos de nuevo a Alameda.
Senderos hacia Ríos y Embalses
Refrescarse es clave en verano, y las rutas que llevan a ríos y embalses de la Sierra Norte ofrecen el plan perfecto. Disfruta de senderos que terminan en zonas de agua, donde podrás relajarte y disfrutar de un merecido descanso rodeado de naturaleza.
Caminatas al Amanecer y Atardecer
Para evitar las horas de mayor calor, la Sierra Norte ofrece caminatas al amanecer o al atardecer, momentos en los que el clima es más agradable. Estas rutas permiten disfrutar de paisajes iluminados por la luz suave y crear experiencias inolvidables en plena naturaleza.
Rutas en Bosques Sombríos y Frescos
Explora senderos que se adentran en bosques frescos y sombríos, ideales para disfrutar de la naturaleza sin preocuparse por las altas temperaturas. Estos caminos, rodeados de vegetación, ofrecen un ambiente relajante y perfecto para desconectar.
Caminos para la Observación de Flora y Fauna de Verano
El verano es una estación ideal para la observación de flora y fauna. Algunas rutas de la Sierra Norte permiten ver una gran variedad de especies en su hábitat natural, convirtiendo cada paseo en una experiencia educativa y enriquecedora.
Rutas para Toda la Familia
La Sierra Norte de Madrid cuenta con rutas veraniegas accesibles y seguras para todos los miembros de la familia. Estos senderos de baja dificultad son ideales para explorar la sierra con niños y personas mayores, ofreciendo un plan perfecto para disfrutar del verano en familia.