SIERRA NORTE DE MADRID

Comarcas de la Sierra Norte de Madrid

Valle Medio del Lozoya
VALLE MEDIO DEL LOZOYA

Viniendo desde el Valle Alto del Lozoya o de la N-I, se accede desde la carretera comarcal M-604, mientras que desde Buitrago se accede por la M-634 y desde Colmenar Viejo y Miraflores de la Sierra por la M-629 a través del Puerto de Canencia.

Bastantes de las elevaciones del primer tramo del valle de río Lozoya, superan los 2000 metros de altitud. Las elevadas pendientes que descienden de ellas contrastan con el fondo ancho y plano del valle. Estas características del paisaje y las condiciones climáticas que en él se dan han condicionado la vegetación que puede crecer espontáneamente, y también el uso que el hombre ha podido hacer del territorio.

En el valle medio las aguas del río Lozoya se vuelven más tranquilas, el terreno suaviza sus pendientes y el valle en sí se hace más abierto. Las zonas altas aparecen desprovistas de árboles, al igual que las zonas muy rocosas. Por las laderas alternan el robledal y el pinar de repoblación.

Cuando el pinar abre, da lugar a praderas, en las proximidades de los cauces de agua y del embalse existen también praderas de pequeñas dimensiones rodeadas por bosquetes, y una estrecha orla de frondosas compuesta principalmente por fresnos y rebollos. Originados por fuentes superficiales o por escarpes de acequias, se forman terrenos encharcados, a la manera de turberas con una vegetación rica en plantas herbáceas.

Los distintos colores y texturas de las masas vegetales permite diferenciar las formaciones vegetales a lo lejos.

En este escenario natural se integra un patrimonio histórico – artístico muy variado, en el que la arquitectura religiosa se mezcla con buenos ejemplos de arquitectura civil, la mayor parte de los mismos relacionados con la cultura tradicional serrana (potros de herrar, molinos, antiguas fraguas, fuentes, pajares, etc.). Muchos de estos elementos arquitectónicos han sido restaurados y rehabilitados, bien como alojamientos rurales, bien como pequeños museos etnográficos que enseñan al visitante las actividades y oficios de nuestros abuelos.

Los municipios que componen esta subcomarca se caracterizan por su escasa población y por su vinculación desde siempre a Buitrago del Lozoya, que sería la excepción de todos ellos en cuanto al número de habitantes. Su larga tradición ganadera se refleja en los paisajes de prados y dehesas que aún hoy, a pesar de que la actividad ganadera ha ido abandonándose progresivamente, configuran la fisonomía de estas tierras.

Esta subcomarca ofrece todo tipo de posibilidades y recursos turísticos, así como una amplia oferta de actividades relacionadas con el turismo rural y con el turismo medioambiental y cultural.

Valle Alto del Lozoya

El Valle está delimitado por dos cadenas montañosas: la septentrional, divisoria entre Madrid y Segovia, en el margen izquierdo del Lozoya, que se extiende desde Cotos al Portachuelo de Navarredonda, con altitudes que oscilan entre 1800 y 2200 metros y con sus cumbres nevadas gran parte del año. Los pasos a Segovia se producen por los Puertos de Cotos, El Reventón, Malagosto y Navafría. Por el sur, el valle se cierra en su parte más alta por la Cuerda Larga, con la cumbre de Najarra (2015 metros) en su extremo oriental cerca ya del Puerto de La Morcuera que es el acceso natural al Valle desde Miraflores, suavizándose posteriormente la línea de cumbres entre el Pico de El Espartal (1733 metros) y la Cachiporrilla (1619 metros).

En su zona central el terreno es llano, y de buena calidad, está cruzado de suroeste a noroeste por el río Lozoya; en ella abundan los prados de riego con numeroso arbolado de ribera, álamos, chopos y fresnos combinado con horticultura, así como encinares, robledales y cultivos de secano en sus laderas más bajas, además de algunos olmos y zarzas. En sus laderas medias encontramos robledales reducidos por pinar además de reductos de sabinar, mezclado con el enebro rastrero y el rebollo. En las cumbres más altas sólo se encuentra pastizales de alta montaña.

Distintos accesos nos llevan hasta el Alto Valle del Lozoya: La N-I por la comarcal M-604, la M-611 desde el Puerto de Cotos o la M-637 desde la vertiente segoviana por el Puerto de Navafría.

Situado frente al Monasterio de El Paular se encuentran dos centros, el Centro de Gestión “Casa del Parque”-Puente del Perdón que gestiona el “Parque Natural de Peñalara y Valle de El Paular” y el Centro de Información y Educación Ambiental Puente del Perdón, en este último se puede obtener información acerca de las distintas actividades y recursos de la zona. Desde estos puntos parten interesantes rutas señalizadas para hacer a pie, a caballo o en bicicleta de montaña.

Desde sus numerosos puertos de montaña, unos accesibles en automóvil (Cotos, Morcuera o Navafría) y otros, pasos de antaño hoy sólo accesibles a pie (Reventón, Malagosto…), se abren amplios cordales por los que acercarse a cumbres como Peñalara, Cabeza de Hierro, El Nevero, la Najarra o el Espartal. Antes de bajar al fondo del Valle resulta también conveniente una visita a los circos de Peñalara y Pinilla; a los miradores de Lozoya, de Cossío y de los Robles; a sus múltiples arroyos como los de la Umbría, el Aguilón o El Paular; a parajes singulares como las Cascadas del Purgatorio o el Carro del Diablo; o a formaciones vegetales tan singulares como el Pinar de Navafría, el de los Belgas o el Sabinar de Lozoya.

Sierra del Rincón

Esta zona está ubicada en el extremo nororiental de la Sierra Norte, en una zona en la que su escasez poblacional contrasta con la riqueza de los recursos que conserva.

El visitante que se adentre por estas tierras se encontrará tres municipios distantes entre sí a escasos kilómetros: Horcajuelo de la Sierra, Prádena del Rincón y Montejo de la Sierra.

Desde Montejo de la Sierra se puede acceder a La Hiruela por el Puerto del mismo nombre, pequeño pueblo de hermosas vistas, rodeado de montañas constituyendo además un punto privilegiado para la observación de aves.

A puebla de la Sierra se puede llegar o bien desde Prádena del Rincón o bien desde Robledillo de la Jara. Se trata de un pueblo de alta montaña que presenta el atractivo de formar un pequeño valle rodeado por las montañas de la Sierra de La Puebla y recorrido además por el río de la Puebla.

Limita al norte con Somosierra, al este con las estribaciones del macizo de Ayllón y los términos de El Cardoso, Colmenar, La Vihuela, todos ellos tierras de Guadalajara; al sur con los municipios que están ubicados en torno a los embalses y al oeste con la Nacional I.

La Sierra del Rincón ofrece al visitante entornos naturales de gran riqueza en especies vegetales y animales. Las formaciones forestales predominantes son el pinar de repoblación y el robledal (roble melojo), éste último convive a su vez con otros árboles de neto carácter Atlántico como son serbales, tejos y acebos.

Mención especial merece el bosque mixto de hayas y robles existente en el municipio de Montejo de la Sierra, en el monte de El Chaparral, donde el haya tiene su refugio ibérico más meridional.

Los cinco municipios guardan diferentes elementos de la arquitectura tradicional, y ofrecen al visitante amplias posibilidades turísticas para conocer de cerca el entorno natural y cultural.

Valle del Jarama

En esta zona el río Jarama constituye la frontera natural entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Guadalajara, a través de los municipios de Patones, Torremocha de Jarama y Torrelaguna, formando el inicio de un valle caracterizado por su amplitud y fertilidad.

El agua en esta zona adquiere una especial importancia debido al gran número de infraestructuras hidráulicas (canales, antiguas caceras, puentes, almenaras, etc.), que recorren los diferentes municipios de esta subcomarca.

El paisaje de las calizas en el entorno de Torrelaguna y Patones, contrasta con el granito al que la Sierra Norte nos tiene acostumbrados. Las terrazas fluviales, aunque en este tramo del Jarama todavía no son muy relevantes, anuncian ya un paisaje típico de regadío todavía mezclado con agricultura de secano.

Todos los municipios que componen esta subcomarca, cuentan con un patrimonio cultural y natural de gran importancia. Desde el punto de vista del patrimonio histórico – artístico destacan como elementos arquitectónicos originales y perfectamente integrados en el paisaje, las “Atalayas Musulmanas”, torres de vigilancia, localizadas en lugares estratégicos y construidas en mampostería de piedra. Dentro de la subcomarca del Valle del Jarama destacan la Atalaya de El Vellón desde donde podremos observar una magnífica vista panorámica de toda la Sierra de La Cabrera, la vega del Jarama y de la ciudad de Madrid a lo lejos, la Atalaya de Arrebatacapas en Torrelaguna, o la de Torreotón en Torremocha de Jarama.

Las impresionantes vistas que sugiere la hermosa presa de El Atazar, así como las del pueblo que lleva su mismo nombre, el entorno rural y casi mágico de Patones, el bosque de alcornoques en Torrelaguna, el museo de agricultura de Torremocha de Jarama, etc., invitan a adentrarse en esta subcomarca de grandes valores naturalísticos, paisajísticos, culturales y humanos, donde a su vez el visitante podrá admirar importantes ejemplos de patrimonio histórico – artístico en el núcleo urbano de Torrelaguna, que reflejan la importancia y relevancia que la Villa ejerció en el pasado.

Sierra de la Cabrera

Resguardados por el cordel de cumbres que componen la majestuosa Sierra de La Cabrera, se descubre siete municipios de fácil acceso debido a su proximidad a la carretera N-I de Burgos.

Desde antiguo, su estrecha relación con la antigua carretera de Francia, ha provocado que la mayoría de estos municipios hayan heredado el ser lugares de paso al servicio de viajeros, hecho que ha llegado hasta nuestros días, antiguas posadas y ventas recuerdan el vivir de antaño en estos núcleos de población.

La subcomarca de la Sierra de La Cabrera, ofrece al visitante que llega desde Madrid, una primera visión de la Sierra Norte. La diversidad de formas rocosas, el colorido tapiz vegetal y la localización estratégica de los núcleos de población son parte de los reclamos turísticos con los que cuentan todos los municipios que componen esta subcomarca.

Lozoyuela – Las Navas -Siete iglesias, Bustarviejo, Cabanillas de la Sierra, La Cabrera, Navalafuente, Valdemanco y Venturada son los municipios que componen esta subcomarca de importante tradición ganadera y donde el paisaje rural todavía mantiene la esencia del pasado, apreciable a través de las dehesas de aprovechamiento colectivo, los prados cercados, potros de herrar, caminos y veredas, vías pecuarias, etc.

Desde el punto de vista del medio físico esta subcomarca es considerada como una zona de transición entre la llanura y la Sierra y destacan los paisajes graníticos, cuyo ejemplo más relevante lo tenemos en todo el cordal de la Sierra de La Cabrera su continuación hacia Bustarviejo. La vegetación de esa subcomarca destaca por la presencia de grandes manchas de matorral de jara pringosa mezcladas con enebros, encinas, roble melojo, etc. Destacamos una zona de pinares en la parte norte de la Sierra de La Cabrera y una rica vegetación de ribera en torno a los pequeños cursos fluviales que discurren por toda la subcomarca.

El término municipal de Venturada abre las puertas e invita a conocer la comarca de la Sierra Norte a todos los que por aquí se acercan. Tanto su orografía como su riqueza cultural y costumbres nos dan las pautas del encanto que encierra la totalidad de la comarca. Como buen anfitrión nos enseña como el relieve se ondula, el entorno se despeja de lo urbano y crecen los colores en el paisaje propio de cada estación.

Con estos antecedentes, llegamos a Cabanillas y Navalafuente en las zonas menos altas y más llanas con hermosas dehesas de rebollos. Al avanzar hacia el norte nos acercamos a zonas de mayor altitud y montañas para conocer los siguientes municipios, Bustarviejo, Valdemanco y La Cabrera, se trata de los términos más montañosos de la subcomarca, donde encontramos altitudes por encima de los 1.500 metros y por último llegamos a Lozoyuela – Las Navas – Sieteiglesias, municipio que nos ofrece el contraste de un paisaje llano y montañoso con formaciones graníticas redondeadas y extensas dehesas de aprovechamiento ganadero que aún hoy siguen teniendo su importancia desde el punto de vista económico y medioambiental.

En el municipio de La Cabrera encontramos el Centro de Innovación Turística de la Sierra Norte “Villa San Roque”, donde el visitante podrá recopilar todo tipo de información de esta comarca que denominamos Sierra Norte de Madrid. La Cabrera cuenta también con un Centro Comarcal de las Humanidades “Cardenal Gonzaga”, que alberga dos importantes colecciones pictóricas, una biblioteca, un auditorio, así como diversas salas y talleres.

Valle Bajo del Lozoya

El Valle Bajo del Lozoya representa una de las subcomarcas más peculiares de la Sierra Norte de Madrid, donde el río Lozoya y sus aguas se convierte en un recurso de gran importancia. Precisamente, el curso del Lozoya se ha visto afectado en la segunda mitad de este siglo por los distintos embalses que el Canal de Isabel II ha construido en el mismo para atender al abastecimiento de aguas de Madrid.

Concretamente, en el Valle Bajo del Lozoya se encuentran los embalses de Puentes Viejas, El Tenebroso, El Villa y El Atazar. El resto de las infraestructuras hidráulicas, presas, canales, etc., existentes en la zona son el fiel reflejo de la importancia del agua como recurso económico y natural.

El terreno es en líneas generales montañoso, aunque las alturas son moderadas y en algunas zonas escarpadas. Dominan las pizarras, y los suelos son en general pobres. La vegetación está dominada por el jaral, aunque en algunas zonas se pueden encontrar espléndidos encinares y pinares como por ejemplo los existentes en el término municipal de Puentes Viejas. Como formaciones singulares podemos encontrar vegetación típica de ribera como la Aliseda de Mirabel o la Aliseda del Riato, así como choperas, fresnedas, etc., en torno al Canal Transversal del Lozoya.

Los núcleos de población pertenecientes a esta subcomarca se caracterizan por su importante vocación ganadera, hoy en día en proceso recesivo, y que ha configurado una tipología arquitectónica característica en la que dominan los elementos tradicionales y las construcciones agropecuarias. La despoblación ha afectado a todos los núcleos con el abandono consecuente de las actividades tradicionales. En los últimos años se han impulsado de forma importante las actividades alternativas como por ejemplo el desarrollo del “Turismo Rural”.

Toda la comarca cuenta con recursos naturales y medioambientales de gran valor, como lo demuestra el hecho de que parte de la misma se encuentre dentro de la Reserva Nacional de Caza del Sonsaz, donde podemos encontrar una gran variedad de recursos faunísticos.

El acceso más recomendable hacia el Valle Bajo del Lozoya, se puede realizar a través de la N-I de Burgos, desviándonos bien en La Cabrera, tomando la carretera M-127 hacia el municipio de El Berrueco, desde donde podemos acceder al resto de los municipios de la comarca. La desviación en la N-I de Burgos puede hacerse también en Lozoyuela, tomando la M-135 que va a Mangirón, o bien la M-131 que llegas hasta El Berrueco. Desde ambos núcleos podemos acceder al resto de la subcomarca.

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