El espectáculo de las flores en la Sierra Norte de Madrid

La Sierra Norte de Madrid es, como ya hemos comentado en otras ocasiones, un mosaico de ecosistemas donde se dan cita numerosas especies, algunas de ellas, más propias de otras latitudes debido a su especial localización en el centro peninsular. Debido a esta singular ubicación, podemos encontrar, además de las especies propias de estas latitudes, algunas especies más propias del Norte y del Sur peninsular. Te presentamos las flores de la Sierra Norte de Madrid.

Dentro de esta variedad de ecosistemas como el piedemonte o encinar, el robledal o el pinar entre otros, encontramos una multitud de flores que asociadas al sotobosque propio de cada ecosistema nos regalan cada primavera una sinfonía de colores, formas y olores muy especial y que se acompaña a su vez de toda una minúscula fauna asociada a estas flores.

A continuación, haremos una breve introducción de las flores más representativas que podemos ver en algunos de estos ecosistemas, centrándonos en los más accesibles y cercanos a las poblaciones, con el ánimo de que os adentréis en los bosques, praderas o entornos de los pueblos para ver el espectáculo que muchas veces se nos escapa al no ser conscientes de estos pequeños tesoros.

Sinfonía de colores que despierta en la Sierra Norte de Madrid

El encinar:

La época primaveral es breve en los encinares, por lo que las flores que pueblan los encinares se apresuran a florecer antes de que el calor les prive de la humedad necesaria para su desarrollo. Entre ellas podemos observar las siguientes:

Peonía (Peonia officinalis) y matagallinas (Peonia broteroi). Son de las más características y llamativas de este ecosistema debido a su color y tamaño (casi un metro de altura). La matagallina es endémica de España y se diferencian por el color de los estambres, en la común son rojos mientras que en la matagallinas es amarillo. Ambas son tóxicas.

Cantueso (Lavandula stoechas). El cantueso lo podemos encontrar de manera aislada en los encinares o formando parte de grandes extensiones, ya que indican la última etapa de degradación de un encinar. Son muy aromáticas por lo que son muy apreciadas por las abejas.

Compañón (Orchis morio). Conocida en la sierra también como pipirigallo, son probablemente las orquídeas más frecuentes de la Sierra.

Peonía (Peonia officinalis)

Cantueso (Lavandula stoechas)

Compañón (Orchis morio)

El robledal:

El robledal es, junto con el pinar y el encinar uno de los bosques más característicos de la Sierra y el único que posee hoja caduca, por lo que su suelo posee un humus muy nutritivo. Muchas de las flores del robledal se apresuran a florecer antes de que las hojas del roble les priven de la luz directa del sol.

Centaurea triunfetti; Flor muy llamativa, la forma de sus pétalos la hace inconfundible.

Gamón (Asphodelus albus): Muy numerosos y fáciles de encontrar, florecen en primavera. Aparecen en los robledales despejados, como las dehesas. Superan el metro de altura y son visitados por multitud de insectos.

Aguileña (Aquilegia vulgaris): También llamada farolillos o clérigos boca abajo. Se la puede encontrar en robledales o prados a cierta altura, siempre con un grado alto de humedad.

Centaurea triunfetti

Gamón (Asphodelus albus)

Aguileña (Aquilegia vulgaris)

Entorno de los pueblos, caminos, cultivos, etc.:

Dedalera o digital (Digitalis purpurea): Aparece en claros de bosque, caminos y entornos rurales. Es una planta bienal, crece en dos años y tiene cierta toxicidad, se utiliza en la fabricación de fármacos y se ha usado para tratar problemas cardiacos. Puede alcanzar un metro de altura.

Fumaria (Fumaria officinalis): Su parecido con un cigarro encendido hace que no olvidemos su nombre, aunque también recibe otros nombres como sangre de cristo o palomilla. Llama la atención principalmente por sus coloridas flores, de un tono rosa o fucsia vistoso y vivo.

Viborera (Echium plantagineum): Su nombre proviene de falsa teoría popular que aseguraba que servía como antídoto para el veneno de las serpientes o de la forma de los estambres que al salir de la corola parecen la lengua de una serpiente.