Hoy nuestra parada será la Sierra de La Cabrera, una serrezuela granítica de gran interés morfológico, pues ofrece un amplio muestrario de las peculiares formaciones de esta roca.
Su perfil puede distinguirse desde kilómetros de distancia, ya que es uno de los más peculiares de la Comunidad de Madrid.
La Sierra de la Cabrera es considerada un monte-isla, ya que aparece separada de su alineación principal que es la Cuerda Larga y sus cimas más destacadas son Cancho Gordo y Pico de la Miel, que atrae todos los fines de semana a gran cantidad de senderistas y aficionados a la escalada.
Desde sus calles es fácil observar el vuelo de los numerosos buitres leonados que habitan en los vertiginosos paredones que se descuelgan desde sus afiladas cuestas. De gran tradición ganadera y donde el paisaje rural todavía mantiene la esencia del pasado, podemos aún contemplar sus dehesas, prados, vías pecuarias, etc. Recorriendo sus calles podemos observar diferentes ejemplos de trabajos de cantería, muy arraigada en la zona, debido a la abundancia del granito, y viajar al pasado visitando los restos del castro visigodo del Cerro de la Cabeza o la Tumba del Moro.